viernes, 6 de noviembre de 2009

Secretarias virtuosas

Ser secretaria es algo serio y benéficioso para la empresa.
En un momento de corrupción y crisis, es fundamental realzar la realidad del secretariado de dirección, una función que con virtudes puede cambiar la misma empresa.

"Siempre me lo decía mi padre: los secretarios son los que cortan el bacalao."
Las amplias competencias y facultades que desde hace años disponen los profesionales del management assistance y en general las secretarias de Dirección, ya que como se afirma en sus páginas, en la actualidad no son ya meros “ejecutores” de órdenes e indicaciones, sino más bien “ejecutivos” colaboradores muy estrechos del equipo directivo.

Y en momentos de crisis, ¿por qué reviste tanta importancia la figura del secretariado de dirección?
Ante la actual crisis económica, ha vuelto a ponerse de manifiesto la prioridad de la formación y el reciclaje de manera muy particular en los ámbitos empresariales.



¿Qué es lo que constituye la "excelencia personal"?
Un equipo de mujeres y hombres que trabajen “virtuosamente” generan un concentrado de sinergias que terminan configurando empresas y organizaciones hasta convertirlas en excelentes.

La imagen corporativa de la empresa es la suma de la calidad personal de quienes trabajan en ella. Una empresa vale lo que valen sus hombres.

La “excelencia personal” se sustenta sobre tres pilares: “Competencia profesional, nivel cultural y categoría humana”.

¿"Crecer como persona" siendo secretaria es distinto de hacerlo siendo un jefe?
Siendo asistentes, secretarias ejecutivos, etc., la laboriosidad, la discreción, la lealtad y las demás virtudes, se encuadran en el marco de quien es colaborador o colaboradora muy estrecha de los directivos.

Las virtudes coinciden con los de los “jefes”. Pero el modo concreto como esos valores se realizan presenta características propias y diferentes a las de quienes dispongan de la definitiva capacidad de decisión: un ayudante de dirección, una secretaria o secretario ejecutivo no tiene las competencias de un Consejo de Administración. O de la Directora o Director General de una empresa.